miércoles, 24 de enero de 2007

Pronto...

Adiós a las flores…

Nuestra historia nació casi junto con nosotros… y lo que en algún momento nos unió… logró en otro instante de nuestras vidas separarnos para siempre. Sin saber cómo ni cuando, nuestro bello sueño se transformó en la peor de las pesadillas. La vida de 7 personas cambiaron de la noche a la mañana transformando ese maravilloso cuento de hadas,
en una historia de dolor, amargura y soledad.

¿No han sentido a veces que todo en la vida está conjugado para no resultar? O quizás, que hay cosas que están destinadas a fracasar, sin importar cuánto empeño y esfuerzo pongamos en ellas?... Pues bien… si yo hubiese notado todas las señales que a ojos vista se ponían en mi camino, podría haber evitado todo el sufrimiento que causé. Todo aquel dolor que se impregnó de mi alma al sentir que había dañado a las personas que más amé, pero por sobre todo… que más me amaron durante mi vida.

Todo comenzó hace algunos años, a pesar de que parezca que fue ayer… o siglos atrás. Mi vida no era tal, antes de conocerles. Tampoco lo fue después de perderlos para siempre. Enjugué de mi alma lágrimas de dolor, sangre, sufrimiento, rencor, odio… en fin… amor. ¿Porque de qué otras cosas está hecha la vida?. Todo se conjuga en dolor… amor… y no creo que sea coincidencia que estas palabras rimen… necesariamente deben ir acompañadas la una de la otra. En fin. Creo que decía que mi vida jamás volvió a ser la misma, y cómo serlo si fueron ellos los que dieron un sentido a esta existencia que no tenía ni objetivos ni metas claras antes de conocerlos. Y así fue como nuestras vidas se cruzaron, en un viaje que jamás tuvo retorno…

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